Si usted está batallando con problemas, no está solo. Por naturaleza, la humanidad es pecaminosa. El pecado es “errar al blanco,” en otras palabras fallar al plan perfecto que Dios tiene para nosotros. El pecado es error, y los errores nos hacen caer en pozos cada vez más hondos, de vicios, pleitos, enojo, envidia, tristeza, etc. Pero gracias a Dios, hay esperanza. Jesucristo es Dios, y El vino en forma humana al mundo para morir por nuestros pecados.  Al tercer día, El resucitó y venció la muerte, y ahora está sentado a la diestra de Dios Padre, abogando por nosotros y nuestro perdón. Asimismo, cuando Jesús resucitó, El mandó a su Espíritu Santo para guiarnos y darnos fuerza de parte de Dios mismo, para que  podamos seguir adelante en sus caminos. Usted puede ser salvo aceptando a Cristo como su Salvador y Señor de su vida. Y El Espíritu Santo lo ayudará a permanecer en los caminos de Dios. Si gusta recibir a Cristo como su Salvador, haga esta oración de todo corazón en voz alta: